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Qué alegría nos produjo el artículo que leímos la semana pasada en Nasdaq. Nosotros creemos en un mundo de bebidas deliciosas sin alcohol y nuestros clientes también, por eso no nos va mal. Pero resulta que hay más, que la industria de las bebidas 0.0 es todo un negocio al alza. Si quien respalda ese dato es Nasdaq, la bolsa de valores automatizada y electrónica más grande de los Estados Unidos, algo va bien en el mundo.

Nunca pensamos en las bebidas sin alcohol como negocio. The Blue Dolphin Store no nació con ánimo de hacernos ricos (aunque no lo descartamos), sino por satisfacer un deseo un tanto egoísta, si en los bares y restaurantes que frecuentábamos no encontrábamos las bebidas sin alcohol que nos gustaban, más nos valía proveérselas. Había un hueco en el mercado y lo íbamos a llenar, por la simple satisfacción de que salir a tomar una copa sin alcohol no fuera una excentricidad, sino algo tan normal como pedir un refresco sin azúcar o un café descafeinado. Bueno, eso, y algo más, porque todo tiene una historia.

Motivos no faltan

Cada cual tiene la suya, su razón particular para tomar bebidas desalcoholizadas, ya sea para perder peso, porque no le gusta el alcohol, por embarazo o lesión, porque tienes que conducir o trabajar, porque quieres estar en plena forma física y mental, por lo que sea. Según una encuesta de Kisaco Research, las razones citadas por los encuestados para consumir este tipo de bebidas son: «Para evitar los efectos del consumo de alcohol», con un 41%, seguido de «Me gusta el sabor» (39%), «Para reducir mi consumo de alcohol» (37%) y «Como opción de estilo de vida saludable» (30%). Una cosa está clara, la visión de las bebidas sin alcohol como negocio.

La cerveza sin alcohol fue pionera

Los primeros que se dieron cuenta de la demanda de bebidas sin alcohol fue la industria cervecera. Al ver de primera mano cómo perdían clientes a medida que estos buscaban cerveza sin alcohol, empezaron a sacar al mercado productos de muy baja o ninguna graduación. Desde 2016, los gigantes del sector han estado invirtiendo fortunas en mejorar el sabor de sus cervezas desalcoholizadas. De Heineken a Anheuser-Busch InBev SA –la empresa que produce Budweiser, Corona Extra, Stella Artois y Beck’s–, pasando por la japonesa Asashi o la italiana Peroni Nastro Azzurro. Ahora esa inversión lleva tiempo dando réditos.

A los grandes se sumaron las pequeñas empresas de cerveza artesana: Big Drop, Nirvana o esa joya local que es La Chula, que produce una de las mejores artesanas sin alcohol, La Chula sin pecado. Eso se debe a la calidad del producto, es difícil diferenciar el sabor de la buena cerveza sin alcohol del producto original.

Las bebidas sin alcohol como negocio en expansión

A la cerveza le siguen enseguida licores desalcoholizados y vinos sin alcohol. La ginebra sin alcohol se pone de moda en esta era del gin-tonic, y la industria vinícola no quiere perder baza. Lejos de dañar su imagen, ofrecer en su catálogo un producto 0.0 es ahora señal de madurez de marca. Tanqueray lanza a bombo y platillo, Tanqueray 0.0, un producto estrella que se agota el primer mes en supermercados y tiendas online, como en la nuestra. Tal es su éxito. Bodegas Torres saca tres vinos sin alcohol (ni gota) y un espumoso desalcoholizado con un sabor idéntico al de sus primos de más alta graduación. Y arrasa.

Que lo que en The Blue Dolphin Store empezamos por una necesidad personal y un estilo de vida se haya convertido en tendencia es algo que, de alguna forma, nos alegra. Un signo de que los tiempos están cambiando. La etiqueta «sin alcohol» se ha quitado el tabú de puritanismo y es ahora sinónimo de diversión, clase, aventura. Pero también de rentabilidad, beneficios e ingresos.

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